
«Cuando las cosas van mal, no vayas con ellas» .-Elvis Presley
Antes de darte por vencido piensa que hay alguien que está dispuesto a escucharte y acompañarte en este instante.
Sé que estás pasando por un mal momento, que la situación te desborda, que te sientes solo y abatido, que piensas que eres incapaz por más que lo intentas, de encontrar una salida, pero, por favor, no te rindas. Aún no.
Piensa que lo que te está sucediendo es pasajero, lo único que debes hacer es empezar a cambiar la manera de ver las cosas que te suceden.
Esos “problemas” con los que ahora te encuentras, son aprendizajes de vida. Lecciones que se presentan y que deben ser aprendidas. Te lo dice una experta en el campo de batalla, si yo te contara… pero ¿sabes qué? No hablamos de mi sino de ti.
Pregúntate: ¿Qué tengo yo que aprender de lo que ahora me está sucediendo? De esta manera verás la vida como una escuela que nos sorprende con exámenes que tenemos que pasar, dificultades que debemos superar para poder crecer y pasar al siguiente nivel de consciencia, sanar y despertar a lo más profundo de nuestro Ser.
Si fueras capaz de verte con los ojos con los que yo te observo, te sentirías con el poder de cambiar lo que ahora te sucede. Sólo tienes que empezar a creer y a confiar en ti, en todo lo que vales y lo capaz que eres de encontrar una solución a lo que ahora te aflige.
Mira hacia adentro, a tu interior, ahí vas a encontrar a un ser maravilloso, repleto de energía y herramientas para vivir la vida como merece, aunque ahora sea incapaz de verlo.
Cada día es una oportunidad para empezar de nuevo, no la desaproveches. Puede que al principio cueste, pero resulta tan gratificante estar bien, sentirte pleno y a gusto en tu piel, que todo el esfuerzo habrá valido la pena con creces.
Hay momentos en nuestra vida en la que necesitamos que nos acompañen porque solos no podemos. Pedir ayuda nos honra y nos hace más inteligentes y valientes.
Yo creo en ti, ahora sólo falta que tú también lo hagas. ¿Empezamos?