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NEOANALFABETAS, ¿han venido para quedarse?

Por 27 septiembre, 2021 Empieza a comentar

«La verdadera ignorancia no es la ausencia de conocimientos, sino el hecho de rehusarse a adquirirlos» – Karl Popper-

¿Sabías que en muchos de los museos más importantes de Europa han empezado a retirar los números romanos porque la mayoría de los visitantes no los entienden?  

Esta penosa iniciativa comenzó en Francia, al observar que, muchos de los visitantes de museos como el Louvre o el Carnavalet, se quedaban estupefactos al ver dos palitos seguidos de una equis (IIX) en la parte inferior de una obra, ya que no entendían el significado. 

De facto, ahora hay museos en Italia, Alemania y otros países europeos que estudian adoptar medidas similares.  

A pesar de parecer algo ridículo, lo cierto es que me provoca una carcajada el simple hecho de imaginar a esa manada de “eruditos” visitando el Museo del Prado, sacándose una foto al lado de “Las Meninas” y luego colgándola en las redes con una frase como: “la familia del rey Felipe palito uve”, aunque el trasfondo de esta cuestión es bastante preocupante, ya que aboca al individuo a un desconocimiento y falta de cultura alarmantes.  

Este tipo de iniciativas favorecen la proliferación de «neoanalfabetos» e ignorantes ya que, lejos de acercar al ciudadano a la cultura y al arte, lo que consiguen es el efecto contrario, que las personas no hagan el esfuerzo de aprender, de motivarse y que el interés por culturizarse desaparezca, perdiendo el intelecto. 

Pedro Salinas, el poeta, reflexiona diciendo que “los neoanalfabetos son hombres o mujeres que, sabiendo leer y escribir, no leen ni escriben. Son aquellas personas que, habiendo asistido al mundo bullicioso de la escuela, del colegio y de la universidad, pierden la habilidad para leer y para trasmitir lo que piensan a través de un escrito o de manera oral. No es posible hallar, entre estos hombres y mujeres, verdaderos sabios. El hecho de no practicar la lectura y la escritura, los convierte en sujetos tremendamente ignorantes o con un conocimiento parcial y burdo de los acontecimientos “ 

Es incuestionable que, en nuestro país, el sistema educativo se dirige hacia el desastre. Una gran cantidad de alumnos de Primaria, Secundaria y hasta Bachillerato, saben juntar letras, pero no saben leer y escribir sin tener faltas de ortografía o de sintaxis. Luego, algunos de ellos, llegan a la universidad y sus exámenes escritos y orales bien podrían estar hechos por niños de nueve años. Universitarios incapaces de escribir un folio sin cometer innumerables faltas de ortografía, que confunden el significado de las palabras que emplean, con profundas lagunas sintácticas y no digamos cuando abren la boca y comienzan a “escupir” incoherencias si se trata de un examen oral. 

Incluso la RAE, siendo consciente de que cada vez hay más alumnos que tienen serios problemas de aprendizaje a la hora de acentuar las palabras, se está decidiendo por eliminar los acentos en las palabras más “complicadas”. ( sólo/solo, éste/este… )

Algo similar sucede con los nuevos sistemas educativos que pretenden acabar con los temas difíciles o complicados de “asimilar” por algunos alumnos. 

Desde luego no existe justificación razonable para todo este despropósito. No todo vale como excusa  para que algunos alumnos puedan superar la educación básica. 

Si tratamos de igualar el conocimiento general desde abajo para que algunos no se sientan incómodos, estaremos cometiendo un grave error. Estaremos privando al resto de su derecho a aprender y a adquirir conocimientos, a llegar más lejos.  La mediocridad jamás ha sido buena para el individuo. Si bajamos la media para permitir el acceso de la mayoría a los niveles más elevados del conocimiento, estaremos favoreciendo una vulgarización de la cultura, de nuestra cultura. Y si perdemos nuestra cultura, perderemos nuestra identidad y un individuo sin identidad es fácilmente manejable.  

Como consecuencia de esta kafkiana manera de pensar y actuar por parte de los responsables en la materia, ha surgido una nueva figura en nuestro horizonte, el “neoanalfabeta”, persona que sabe juntar letras, sabe leer y escribir, pero su mermada capacidad lectora y comprensiva y diversas actitudes personales le impiden entender el mundo que le rodea, obedeciendo consignas exteriores sin cuestionarse absolutamente nada, suicidando su espíritu crítico, su capacidad de cuestionar los principios, valores y normas que se le ofrecen en el entorno en el que se desenvuelve, siendo incapaz de formarse un criterio propio que le permita tomar sus propias decisiones en las distintas situaciones que se le presenten. 

Massimo Gramellini, escritor y periodista italiano hace el siguiente resumen: «Primero no se enseñan las cosas y después se eliminan para no hacer que los que no las conocen se sientan incómodos. Una educación plana no es un objetivo, sino una desgracia». 

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