
Hace unos días escuchábamos la triste historia de Verónica, una chica de 32 años que se suicidó al hacerse viral un vídeo sexual suyo que había grabado cinco años antes. El vídeo en cuestión, corrió como la pólvora entre sus compañeros de trabajo (incluso se acercaban hasta su puesto de trabajo en la empresa para, con cierto morbo, verificar que, efectivamente era ella) hasta que le llegó a su marido. Ella no pudo resistir semejante humillación y acabó quitándose la vida.
Qué distinto hubiese sido, si en lugar de ser Verónica la protagonista del vídeo hubiese sido Carlos, Juan, Antonio, Luis o cualquier otro protagonista masculino.
En ese caso, el vídeo hubiese circulado, igualmente, pero tanto la actitud de su protagonista como la de los mirones, hubiese sido completamente diferente. Hubiese sido un éxito absoluto. “Juan” se hubiese jactado de ser un portento de la naturaleza, un ser sobrenatural, con un comportamiento a imitar. Un tipo con éxito. En la sociedad en la que vivimos, aún existe el convencimiento de que un hombre que presume de su virilidad y tiene muchas relaciones es un crack, alguien digno de admirar por sus congéneres.
Sin embargo, para Verónica, una mujer, la experiencia fue, completamente, diferente. Cinco años antes, con su pareja de entonces, y en un ambiente de complicidad, se animó a grabar un vídeo de contenido sexual. Algo parecido a lo que le sucedió, en 2012, a la ex concejal del ayuntamiento de Los Yébenes, Olvido Hormigos, con la diferencia de que Verónica ya no puede denunciar lo injusto de todo esto. La vergüenza, la humillación, la impotencia y la soledad que debió sentir, la callaron para siempre.
Ya lo decía Marilyn Monroe: “Fácil” es un adjetivo que se utiliza para describir a una mujer que tiene la moralidad sexual de un hombre.
Seguimos viviendo en una sociedad machista y falta de moral.
En una sociedad en la que a la mujer se la considera un objeto sexual, de entretenimiento. El estereotipo sexual femenino, aunque menos marcado, ha evolucionado muy poco. La mujer tiene que ser femenina, complaciente, educada y maternal. Está mal visto que sea sexualmente activa, que se grabe si le apetece, que tenga varias parejas o que haga en su ámbito privado lo que le dé la gana.
Además, yo me pregunto: ¿no hubo nadie, de todos los mirones y mironas que vieron el vídeo que se pusiese del lado de Verónica? ¿alguien que dijese que era una inmoralidad permitir que ese vídeo continuase circulando?, es más ¿ni una amiga, o compañera de trabajo, alguna mujer que sintiese asco al ver lo que estaba sucediendo?, ¿alguien que se pusiese en su lugar y la intentase proteger, luchando a su lado cuando avisó de que ese vídeo circulaba sin su consentimiento?
Qué diferente hubiese sido todo si se hubiese cortado esta cadena desde el principio, si se hubiese actuado con moral, principios y valores.
Ojalá, aprendamos de esto. La próxima vez puede ser tu hermana, tu mujer, tu hija, tu amiga, ¿qué harías para protegerla?