
La utilización del lenguaje como instrumento de manipulación de masas, es algo tan antiguo como la humanidad.
En el nivel básico de MANIPULACIÓN MEDIÁTICA enseñan que, a los borregos se les conduce mejor con el lenguaje. Un pensamiento se crea y modifica a través de la palabra tanto hablada como escrita, de ahí lo fácil que resulta hacer un “lavado de cerebro” a las personas.
Victor Klemperer, filósofo y escritor alemán, se dedicó a estudiar la importancia del empleo del lenguaje en la ascensión del nazismo. En su ensayo “LTI: La lengua del Tercer Reich” ofrece muchísimos ejemplos de cómo la elección y repetición de determinadas palabras o frases se convirtió, para los líderes nazis, en una de las principales técnicas de manipulación de la época, consiguiendo modificar la mente de los ciudadanos alemanes.
El lenguaje manipulador está infestado de emociones, suele ser catastrofista, divide entre pobres o ricos, buenos o malos, hombres o mujeres, mujeres o mujeres trans, etc.; tiene su propio metalenguaje, (lenguaje inclusivo); recurre frecuentemente a frases vacías, hablar y hablar sin decir nada; no se atiene a razones, incapaz de razonar y, fiel a la mentira y el engaño.
¿No te resulta, cuanto menos curioso, que todos los miembros del gobierno, algunos políticos, los medios de “manipulación masiva”, determinados personajes, etc.… empleen las mismas expresiones y repitan las mismas palabras cada vez que realizan una intervención? Y que incluso, a nivel internacional, ¿diferentes políticos de distintos países también lo hagan? Mismos términos, misma gestualidad…
Una vez superada la “pandemia”, ahora toca la “crisis climática”, sólo tienes que observar para darte cuenta qué lenguaje y expresiones son las que se emplean y repiten como un disco rayado, a modo de mantra.
No te dejes manipular, eres más listo que todos ellos.