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El «gen guerrero»

Por 23 febrero, 2021 Empieza a comentar

La personalidad es parte fundamental del ser humano. Está compuesta por dos elementos: el temperamento (cuyo origen es genético, heredado) y el carácter ( cuyo origen es social, determinado por el ambiente en el que se desarrolla el individuo).

Dentro de los factores heredados, nuestro ADN juega un papel fundamental. Es el encargado de transmitir la información genética de padres a hijos. Desde los rasgos físicos, color de ojos, pelo, estatura hasta las enfermedades y anomalías genéticas.

Pues bien, hace ya casi tres décadas, las mujeres de una familia holandesa se dieron cuenta de que los hombres y niños de la familia mostraban, todos, una conducta agresiva y antisocial. Desde cinco generaciones atrás, los varones eran propensos a estallidos de violencia y sumaban una amplia lista de delitos como incendios, violaciones y asesinatos. Se plantearon que, quizás, este tipo de comportamientos podría ser hereditario y acudieron al genetista Hans Brunner en el Hospital Universitario de Nijmen en los Países Bajos.

En 1993, Brunner estableció la causa, todos los hombres de la familia portaban la mutación de un gen llamado Monomina Oxidasa A, o MAOA, que se encuentra en el cromosoma X y que se transmite por vía materna.

El gen MAOA se encarga de metabolizar la dopamina, sustancia relacionada con las emociones fuertes tales como el amor y la violencia. La mutación de este gen, llamada “gen guerrero”, provoca una menor absorción de dopamina, dando lugar a una “pérdida del control de los impulsos”, que desemboca en rabia y agresividad. El individuo que la padece siente una mayor atracción por las situaciones de riesgo y un aumento del comportamiento violento, pudiendo llegar a ser extremadamente agresivo si la persona consume además, sustancias tóxicas, como drogas o alcohol.

Se sabe que el 20% de la población mundial es portadora de mutaciones de bajo riesgo de este gen y del CDH13, cuya variante codifica la proteína encargada de producir las conexiones de las células nerviosas del cerebro. Los estudios muestran que poseer una combinación de alto riesgo de estos genes aumenta un 13% el riesgo de desarrollar comportamientos violentos, sin embargo, una gran parte de los individuos que la poseen no llegan jamás a manifestarlo.

Las investigaciones genéticas señalan que, el “gen guerrero” es más común en hombres que en mujeres. Las hembras poseen los cromosomas XX, y si esta mutación se aloja en uno de ellos se compensa con el gen del cromosoma gemelo. Sin embargo, los hombres son XY, razón por la que esta variante no puede ser subsanada.

Queda mucho por investigar en relación a este tema, motivo por el que, las conclusiones de este estudio aún son débiles como para elaborar políticas de prevención de conductas violentas o incluso, para dictar sentencias en según qué casos. Si bien, no se descarta la posibilidad de que sí se emplee para elaborar terapias genéticas o farmacológicas específicas, para tratar a estos individuos.

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