
Cuando una ley es injusta, lo correcto es desobedecer -Mahatma Gandhi-
Hace unos días todos fuimos testigos de cómo un hombre desesperado, acompañado por dos amigos, entraba en una vivienda de su propiedad, que había sido “okupada” por unos extraños y los echaba sin violencia.
Pudimos ver y oír como, el propietario del inmueble, le explicaba a los ocupas que la casa era suya, que estaba haciendo frente a una hipoteca de 380.000€ y que debían irse.
Pues bien, según la ley de nuestro país, este hombre se enfrenta a penas de prisión por defender su propiedad.
En España, si alguien entra en nuestra vivienda cuando no estamos, se han dado casos de personas mayores que han tenido que ser ingresadas por problemas de salud y cuando han vuelto a sus casas no han podido entrar porque unos extraños la habían ocupado, te quedas en la calle y además con la obligación por ley, de pagarle los suministros de agua y luz a tus ahora “nuevos inquilinos”. Gracias a estas leyes y, según datos del ministerio del interior, las ocupaciones han aumentado en nuestro país más de un 41% desde 2015.
La desobediencia civil es nuestro derecho a protestar por situaciones sociales, políticas o económicas injustas. No significa que despreciemos la ley. Muestra nuestro compromiso a no colaborar ni someternos a leyes o normas que consideramos, a todas luces, injustificadas. Hablamos aquí de responsabilidad personal ante un hecho que quebranta el bien común y vulnera nuestros principios.
Uno tiene no sólo una responsabilidad legal, sino también moral, de obedecer las leyes justas. Y a la inversa, uno tiene la responsabilidad moral de desobedecer las leyes injustas. (Martin Luther King: Carta desde la cárcel de Birmingham)
Ejemplos de desobediencia civil a lo largo de la historia tenemos muchos:
Leyes de patentes poco éticas: 1998 – Actualidad.
La Revuelta de los campesinos: Francia 1999,
Rechazo del Poll Tax: Reino Unido 1989 – 1990,
Las Protestas Navy-Culebra: Puerto Rico 1970,
La Lucha por la Segregación Racial: EE.UU. 1955-56,
La Marcha de la Sal: India 1930,
Lucha por el Sufragio Femenino: Reino Unido 1928
La mayoría de los derechos que hoy damos por sentado como, los derechos humanos, los de las mujeres, los de los trabajadores… nacieron como resultado de la protesta ciudadana. Si el pueblo no se hubiese levantado en contra del gobierno y de sus leyes injustas, no hubiesen surgido.
La desobediencia civil es la negativa, no violenta, a aceptar las leyes injustas de los gobiernos, expresando oposición y, llegado el caso, actuando de manera ilegal si nos vemos obligados a ello. Con todo esto, alteramos lo inalterable, llamamos la atención sobre un asunto en concreto originando un debate social y provocando los cambios necesarios para nuestra comunidad.
Pero debemos estar dispuestos a pagar las consecuencias de nuestros actos, esto es lo que marca la diferencia entre una persona desobediente, que respeta el ordenamiento constitucional y lucha por sus convicciones y el delincuente oportunista, que lo único que busca es provocar disturbios y violencia.
Todos podemos ser activistas, conseguir que las cosas cambien es posible, ¡se puede lograr!
Vivimos en una época tremendamente convulsa, en medio de una maraña de leyes, muchas de ellas ilegales y en contra de nuestra Constitución, con unas medidas restrictivas como nunca antes habíamos padecido en un estado democrático y de derecho. Donde sólo los ciudadanos sufrimos las nefastas decisiones de los políticos de turno, cuyo discurso catastrofista llega ya a cansar. Con la okupación o desaparición del derecho a la propiedad privada amparada por el gobierno, abocados a una escasez energética y de alimentos, con una subida de impuestos desproporcionada para poder hacer frente al gasto público de unas instituciones que en nada se adecuan a la situación de los ciudadanos, con mucha ideología y ninguna idea, todos debemos convertirnos en activistas. Debemos luchar hoy por un mañana mejor.
La desobediencia civil es la manera que tenemos, como pueblo, de hacernos oír frente a unos poderes fácticos que nos aplastan permanentemente y que nos quieren hacer tragar una cuestionable agenda 2030 cuyo único objetivo es acabar con el individuo, para que éste pase a formar parte de una masa homogénea de borregos obedientes, por muy bien que nos la intenten vender.
Itís difficult to find experienced people for this topic, but you seem like you know what youíre talking about! Thanks