Coaching y Mujer

Coaching, Salud y Mujer

Por 8 abril, 2019 2 Comentarios

Creo que, por el simple hecho de nacer mujer, venimos a este mundo con una mochila en la espalda.

Desde que nacemos nos “programan” para serlo. Ser mujer no es sólo un dato biológico, no es una cuestión cromosómica XX, ser mujer significa todo un programa de vida.

Tener la regla, o que esta sea irregular, el embarazo, la pubertad, la menopausia, todo nos produce una infinidad de cambios hormonales y, en consecuencia, emocionales. Un día nos levantamos poderosas, felices, capaces de comernos el mundo, y al siguiente, nos sentimos fatal, llorando por cualquier motivo, por el dolor de alguien más, por no sentirnos valoradas, por lo que sea, cualquier excusa es válida. Como si alguien más tuviera la culpa de lo que nos sucede, en lugar de buscar en nuestro interior.

Vivimos en función de lo que se espera de nosotras, el estereotipo que durante años nos ha mostrado la sociedad, aquello que “creemos” es nuestro deber: nos depilamos para estar perfectas, utilizamos tacones en fiestas y eventos importantes porque creemos que estilizan nuestra figura, nos maquillamos para resultar atractivas, pero seguimos siendo el sexo débil.

Una gran cantidad de mujeres cobran sueldos inferiores por el mismo trabajo que realizan su compañeros.

Por ser mujeres se presupone que no sabemos conducir, ni jugar bien al fútbol.

El acoso, es parte de nuestra vida. Si te pones un escote, una falda corta o unos pantalones ajustados tienes que soportar, estoicamente, miradas, en la mayoría de los casos, incómodas.

Por no hablar de la presión social. Llegar a los 30 años sin pareja, significa quedarte para «vestir santos», aunque se deba a que quieres sentirte realizada profesionalmente y te encuentres enfocada en tu trabajo. Y si llegada una edad, no has tenido hijos, te cuestionarán y se preguntarán qué hay de malo en ti que careces de instinto maternal.

Ya desde pequeñas nos regalan cocinas de juguete, bebés para limpiarles los mocos y el culito o barbies, a niñas de cinco años, para que se vayan haciendo una imagen mental del ideal de mujer en el que deberán convertirse cuando crezcan. Ellas son enfermeras y ellos médicos. A ellas les gusta el rosa y a ellos el azul.

Los medios de comunicación, la televisión, los anuncios, las películas, hacen un trabajo fantástico. Van dirigidos a un ideal de mujer joven, delgada, bella y atractiva. Una “súper woman», madre perfecta con un cuerpo escultural (después de haber tendido hijos), con un trabajo fuera de casa de 8 o más horas, que recoge a los niños del cole, les da la merienda y cuando llega a su hogar, éste resulta ser un lugar ideal, ordenado y limpio. Es más, tiene tiempo para, después de recoger los platos de la cena,  limpiar el baño con unos productos estupendos y poner lavadoras empleando el mejor suavizante ,eso sí, siempre, con una amplia sonrisa de felicidad. La misma mujer que utiliza unos maquillajes divinos de larga duración para estar impecable durante más de 12 horas, y se va de vacaciones en unos cruceros ideales.

Otro cantar son los anuncios dirigidos a mujeres de 45-50 años en adelante. A partir de esta edad, las mujeres se vuelven invisibles para la sociedad y los anuncios son: geles para ayudar a combatir la sequedad vaginal; productos para fijar las dentaduras postizas; anuncios de cremas para mujeres de 60 años protagonizados por mujeres de 30, (como si envejecer fuese algo horrible); pañales para las pérdidas de orina; cremas y ungüentos para las articulaciones y complejos vitamínicos para combatir la menopausia, momento crucial para la mujer ya que, muchas, viven este proceso como algo que las hace menos mujeres, menos deseables, menos útiles, y menos visibles a los ojos de los demás, por lo que su autoestima se puede ver  seriamente dañada.

Esta mochila, conforme van pasando los años, va pesando más y más. Está llena de falsas creencias. Creencias que no son nuestras, un día nos dijeron que eso era así y nos lo creímos. No se trata de una cuestión de edad sino de actitud.

Seamos realistas, si hemos tenido hijos nuestro cuerpo habrá cambiado. Si trabajamos fuera de casa, no dispondremos del tiempo suficiente para tener la casa como los chorros del oro. Con las prisas, comemos a deshora y rápido y nuestro cuerpo lo nota.  Además, si tenemos pareja habrá días en los que nos sintamos de todo, menos deseables. Por supuesto, de tener tiempo para ir al gimnasio, mejor no hablar, eso sólo las valientes. Y ¿pasar tiempo con las amigas?, cuando los niños crezcan.
Así, van pasando los años. Poco a poco, dejamos de pensar en nosotras para ocuparnos de los demás y un día, escuchamos por la calle: “deja pasar a la señora”, llegamos a casa, nos miramos al espejo y ya no reconocemos a la mujer que tenemos delante. Aquella que tenía un montón de sueños e ilusiones, que iba a disfrutar de una vida plena. Poco a poco empezamos a creer que somos transparentes para los demás y vamos desapareciendo, conformándonos con un papel secundario en la vida.

Según los últimos datos de un estudio internacional publicado por la revista The Lancet, España se mantiene entre los países del mundo con una mayor longevidad, tanto en hombres como en mujeres, que de media viven unos diez años más que la población mundial. En el caso de las mujeres, la esperanza de vida en nuestro país es de 85,6 años.

Con semejante expectativa de vida, déjame que te pregunte:

¿Estás siendo la mujer que realmente quieres ser o te has convertido en alguien en quien no te reconoces?

¿Has logrado tus objetivos de vida, aquellos sueños que tenías y que te definían como mujer?

¿Qué aportas a tu entorno?

¿Qué ejemplo das a tus hijos?

¿Tienes el tipo de relaciones que, realmente, deseas tener?

¿Qué hay en tu vida que, verdaderamente, te emocione, te haga vibrar?

¿Qué has aprendido en estos años?, ¿Qué experiencias te han impactado en tu trabajo, en tu familia, con tus amigos?

¿Recuerdas qué momentos de diversión has tenido en los últimos meses?

¿Cómo te demuestras a ti misma que te quieres?

¿Qué es para ti cuidarte? ¿Cómo lo haces?

 

Debemos empezar a modificar nuestras creencias. Existen estereotipos que se vivencian como verdades objetivas y que influyen de forma decisiva sobre las actitudes, las creencias y las conductas.

Hay que acabar con el: “ya no tengo edad para”, “no soy capaz de” o “no tengo tiempo para”.  Cualquier momento es bueno para modificar hábitos de vida, para tomar las riendas, para hacer cambios que nos beneficien. Hay mujeres que han decidido empezar a cuidarse y a hacer deporte después de cumplir los 60 años; mujeres que empiezan a vivir su sexualidad después de los 50 años; mujeres con parejas más jóvenes; mujeres que están a gusto con su cuerpo porque se sienten seguras y con una autoestima óptima; mujeres que trabajan con hombres en armonía, de igual a igual; mujeres que desempeñan puestos de mando con éxito; mujeres que compatibilizan la maternidad con su vida laboral y están satisfechas; mujeres que se aceptan y aprenden a convivir con la enfermedad que padecen, sacándole a la vida todo su jugo.

Hacer cambios en nuestros hábitos de vida no es difícil, pero hay que trabajar duro, se requiere mucha energía y ganas. Estar acompañada por un Coach Cualificado hace que el proceso sea placentero y tenga garantías de éxito. Aunque ahora pienses que es imposible, las herramientas ya las tienes, solo hay que sacarlas a la luz. Es como quitar capas a una cebolla para llegar a su verdadera esencia, hasta encontrar cuál es el propósito de tu vida.

Deja atrás las falsas creencias, sustitúyelas por nuevas, cambia de actitud, modifica tu estilo de vida y empieza a disfrutar de la vida tal y como deseas y ansías.

Necesitas un Coach de Salud:

Si te sientes cansada y sobre cargada

Si quieres adquirir hábitos de vida saludables, mejorar tu forma física y aspecto y no sabes cómo hacerlo o por dónde empezar

Si estás en un momento de tu vida en el que te sientes estancada y no sabes qué hacer

Si te da miedo envejecer

Si quieres empezar a vivir la vida que deseas y te mereces

Si eres de las mujeres que piensan que nunca es tarde para comenzar algo nuevo

Si quieres romper tu timidez

Si te da miedo hablar en público

Si te mueves en un mundo de hombres y necesitas herramientas para salir airosa y sentirte respetada y valorada

Si quieres romper con antiguas creencias

Si piensas que ya no tienes edad para cambiar

Si quieres alinear tu vida con tus valores

Si quieres empezar de cero a construir una vida nueva

Si crees que ya es hora de empezar a quererte y a priorizarte

Si quieres romper moldes

Si sientes que vas contra corriente

Si no sabes cómo afrontar tu sexualidad

Si nunca tienes tiempo suficiente para todo lo que te propones

Si te quieres sentir bien con tu cuerpo

Si necesitas hablar de lo que te está pasando y quieres a alguien a tu lado que no te juzgue

Si piensas que eres demasiado mayor para cambiar, para ponerte unas zapatillas y salir a hacer deporte, para empezar a estudiar,  para encontrar pareja, para cambiar de trabajo o buscar uno…

Si ves que la misma situación se repite en tu vida y quieres cambiar patrones de conducta

Si estás enferma o afrontando un tratamiento y estás molesta y enfadada

Si quieres optimizar tu salud

Si necesitas a alguien a tu lado, que te acompañe en tu proceso de cambio

Eres la dueña de tu vida, viniste al mundo para brillar, ¿a qué esperas para tomar acción?

Join the discussion 2 Comments

  • Sulay dice:

    Me encanta 🥰, como cualquier mujer me siento identificada con todos los aspectos a los que antes he leído nuestro dia a día es desbordante en ocasiones y debemos saber canalizar me sumo a tu coaching 💋

  • Lola dice:

    Qué importante es conocerse, reflexionar y desde ahí tomar decisiones.
    Ni ser mujer, no tener una edad x, ni los hijos, ni la falta de tiempo, NADA es una excusa para no convertir tu vida en la que te haga sentir viva.
    Fantástico trabajo Sandra.
    Gracias por impulsar a quienes necesitan una palanca para el cambio!!

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